El liderazgo a menudo nace de la frustración. El resultado de una profunda insatisfacción de cómo vemos qué son las cosas y un generamos un deseo ardiente de promover el cambio. Sin embargo, el acto mismo de ir un paso hacia adelante para hacer frente a la fuente de nuestra frustración nos ponemos nosotros mismos en contacto con nuevos obstáculos. Mientras que algunas formas de frustración pueden ser canalizadas para bien, hay momentos en nuestras frustraciones que nos conducen a la distracción y el desaliento.
Via MyKLogica, Jon Altuna
#Motivacion #Liderazgo
Todos nos sentimos en algún momento frustrados, en mayor o menor medida y hemos de desarrollar recursos internos para salir de ese estado. Buenas vías las que expone Ricard en su artículo.
¿Añadirías alguna más?