El fotoperiodismo de guerra ha experimentado una revolución en los últimos años, con la aparición de la fotografía digital y el desarrollo de programas informáticos que permiten la manipulación de la imagen casi en el mismo lugar en el que se ha realizado la captura. Asimismo, las agencias de noticias y los medios de comunicación receptores de esas fotografías se han visto obligados a utilizar herramientas cada vez más complejas para detectar estas adulteraciones que en algunos casos son prácticamente imperceptibles. Como consecuencia de esta realidad y de la mala praxis de algunos fotógrafos, las principales agencias de noticias (Associated Press, Reuters, Reuters, Reuters y EFE) se han visto obligadas a modificar sus normativas internas con el objetivo de garantizar la fidelidad de las imágenes que distribuyen.
Estudios sobre el Mensaje Periodístico, Vol. 21, Núm. 1 (2015)