Desde las ya lejanas y arqueológicas épocas del walkman, el espacio social se ha ido poblando de individuos que lo recorren con auriculares. Aunque ya desde la década de 1960 en las radios portátiles era posible utilizar audífonos y los propios walkman incluían receptores de FM, utilizar auriculares tendió a convertirse en equivalente a escuchar música de manera individual.
Esa relación directa entre escucha individual de sonido y escucha individual de música se consolidó con la expansión del formato y los soportes de MP3 y luego con el éxito de la relación entre iPod e iTunes. Pero, sin siquiera avisar, esos individuos con auriculares incorporados comenzaron a hablar -aparentemente solos- por la calle; así descubrimos que al final del contacto de sus auriculares ya no estaba un dispositivo archivador de música, sino un smartphone. La música convivía, dentro de la práctica auditiva del 'audionauta' con otros fenómenos de sonido.
Este año de curso de Semiótica de las Mediatizaciones nos dedicamos a explorar entre nuestros más de trescientos alumnos regulares acerca de esos diferentes usos; aquí presentamos unos primeros apuntes sobre ello, relacionados con lo que ya veníamos estudiando previamente.
TELOS, n° 106 / Febrero 2017 - Mayo 2017