[Mientras escribo estas líneas, la sonda interplanetaria Messenger apura sus últimas horas de existencia antes de estrellarse contra la superficie de Mercurio, planeta que ha estado examinando desde hace cuatro años. En el otro extremo del Sistema Solar, la New Horizons se acerca a Plutón, al que llegará este verano, y nos están enviando las primeras fotografías de ese misterioso cuerpo anteriormente conocido como planeta.
Ambas naves están partiendo la pana en los informativos, y aparte de eso no parece que tengan nada en común. Pues sí lo tienen. Ambas han conseguido llegar a sus respectivos destinos después de años de complicado ballet planetario gracias al genio del maestro trazador de órbitas Robert Farquhar. Sí, el mismo Robert Farquhar que programó la trayectoria de la misión NEAR a estilo Fry. El mismo que dirigió la primera sonda destinada a hacer de piquete y prevenirnos contra las tormentas de partículas procedentes de nuestro sol. El mismo que juega con las sondas interplanetarias de la NASA como si de bolas de billar se tratase]