Richard Feynman, ¡Feynman cerdo machista! | Ciencia-Física | Scoop.it

         Algunos años después de dar unas lecciones a los estudiantes de primer curso de Caltech (que fueron publicadas con el título de Feynman Lectures of Physics) recibí una larga carta de un grupo feminista. En ella me acusaban de prejuicios contra las mujeres, a causa de dos historias: la primera era un análisis de las sutilezas de la noción de velocidad, en la cual intervenían una conductora que era detenida por un agente de tráfico. Discutían sobre la velocidad a la que circulaba, y yo ponía en boca de la conductora objeciones válidas a las definiciones de velocidad que daba el agente. La carta decía que yo hacía parecer estúpida a la conductora.

         La otra historia objeto de sus críticas estaba referida por el gran astrónomo Arthur Eddington, quien acababa de averiguar que las estrellas obtienen su energía por combustión atómica de hidrógeno, mediante una reacción nuclear que produce helio. Eddington refería la forma en que, en la noche siguiente a su descubrimiento estaba sentado en un barco con su novia. Ella dijo: «¡Mira qué hermosas brillan las estrellas!», a lo cual él había replicado, «Sí, y ahora mismo soy el único hombre en el mundo que sabe la causa de que brillen». Eddington estaba describiendo una clase maravillosa de soledad, la que se tiene cuando se hace un descubrimiento.