Como muchos sabrán, Galileo Galilei era uno de los eruditos más importantes del momento. Un período en el que la ciencia, que había avanzado a pasos agigantados con la Reforma, estaba en una pequeña etapa de parón creador por la firmeza con la que la Iglesia Católica estaba, Contrarreforma mediante, bloqueando el avance intelectual, sobre todo de Europa, que pudiera poner en jaque su visión de la religión como fuente del saber.

Dentro de este contexto, Galileo fue una mente brillante así como un hombre con una personalidad de lo más fuerte. Era narcisista, egocéntrico y no soportaba a los ignorantes que no defendiesen las ideas científicas. Pero también era un genio.