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Conocer tus unidades puede ser cuestión de vida o muerte. Sergio L. Palacios nos lo cuenta con su maestría habitual.
l 23 de septiembre de 1999, tras más de nueve meses de viaje entre la Tierra y Marte, la sonda espacial Mars Climate Orbiter se desintegró al entrar en contacto con la atmósfera del planeta rojo. La Mars Climate Orbiter, que tenía un coste de 125 millones de dólares y formaba parte de un programa espacial con un presupuesto de más de 300 millones de dólares, tenía como objetivo estudiar el clima y las condiciones atmosféricas del planeta Marte, así como servir de apoyo para la transmisión de datos de la Mars Polar Lander, ambas parte de la misión espacial Mars Surveyor’98.
Los investigadores demuestran que relojes ópticos atómicos podrían ofrecer un reemplazo práctico para los relojes atómicos de microondas como base de la sincronización de la hora global. La navegación mediante GPS, los sistemas de comunicación, las redes de energía eléctrica, y las redes financieras, todas ellas dependen de la precisión del tiempo mantenida por una red de unos 500 relojes atómicos situados por todo el mundo.
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The redefinition of several physical base units planned for 2018 requires precise knowledge of the values of certain fundamental physical constants. Scientists are working hard to meet the deadlines for realizing the ultimate International System of Units.
“¿Cuándo descubriste el efecto que lleva tu nombre, a los 20 años?”, le pregunta un premio Nobel de Física a otro premio Nobel de Física, desde el escenario del teatro municipal de Lindau, en Alemania. “A los 22”, contesta el aludido, sentado en primera fila, tras pensarlo unos segundos. No se trataba de rememorar por rememorar. Lo que Klaus von Klitzing (alemán, 73 años), estaba explicando es que tanto su descubrimiento premiado -el efecto Hall cuántico- como el de Brian Josephson (británico, 76 años) -el efecto Josephson- se están utilizando 50 años después para redefinir el Sistema Internacional de Unidades (SI), un proceso a punto de concluir. Un ejemplo más de la importancia de la ciencia básica, y de la juventud en su desarrollo.
El nuevo kilogramo, la unidad de masa, dejará de ser un cilindro de iridio y platino para adentrarse en el mundo cuántico y también se redefinirán sobre constantes físicas el amperio, el kelvin y el mol. El resto de las siete unidades básicas, -el segundo, el metro y la candela, que ya se basan en constantes físicas - mantendrá la definición. Falta ya poco para que se produzca este hito en el establecimiento de los patrones que permiten que el mundo funcione. Previsiblemente se adoptará en un congreso de especialistas en 2018 y será el primer gran cambio en el SI desde 1960.
La esfera de 93,75 mm de diámtro que en base a la masa de los electrones que la forman puede definir el «nuevo»...
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