Una profesora de un Instituto de Málaga me abordó un buen día cuando salía de su centro y me dijo que ella no había suspendido nunca a un alumno. Me quedé sorprendido ante semejante afirmación. No sabía por dónde iban los tiros. Hasta que caí en la cuenta. Quería decir que los alumnos se suspenden a sí mismos cuando son vagos, o cuando son torpes, o cuando…, pero que ella no suspendía a nadie. Qué error.