Con el ayuno aprendemos a conocer y a ordenar nuestros muchos apetitos mediante la moderación del apetito fundamental y vital: el hambre. Aprendemos de esta manera a regular nuestras relaciones con los demás, con la realidad exterior y con Dios, relaciones siempre tentadas por la voracidad. El ayuno es ascetismo de la necesidad y educación del deseo.
Yo insisto con este tema: es fundamental que uno sepa cuáles son las virtudes que hay que desarrollar para ser una mejor persona, pero mas preciso es saber cómo adquirirlas, cómo desarrollarlas, cómo y cuándo usarlas, en qué te benefician.... El ayuno, te puede dar una pista para eso. #soycecista #ccpedro