Si alguna vez has visitado un museo y has hecho el amago de sacar el móvil para hacer una foto de un cuadro es muy probable que te hayas llevado el típico toque de atención de los vigilantes de las salas: “¡No se puede hacer fotos!”. Normalmente, la prohibición se justifica por el daño que el flash de la cámara o el móvil pueda causar en la obra en cuestión. También la iluminación de los museos de pintura se mide y controla al detalle. A raíz de esto nos habéis preguntado cómo puede la luz estropear un cuadro.