En los últimos días, los textos de órdenes que el Ministerio de Universidades ha sacado a información pública sobre los grados de Magisterio de infantil y primaria han levantado ampollas. No gustan a los matemáticos, ni a los sociólogos, ni a las maestras de infantil. Desde el Ministerio, el secretario General, José Manuel Pingarrón, se lava las manos y la Conferencia de Decanos de Educación prefiere guardar silencio.