La cárcel y las salas de torturas no son necesariamente purificadoras. Un prisionero puede llegar a ser un estadista, como José Mujica lo ha demostrado, pero tiene que haber aprendido a entender lo que le dicen las hormigas.
Get Started for FREE
Sign up with Facebook Sign up with Twitter
I don't have a Facebook or a Twitter account
Your new post is loading...
|