Los diablos de polvo son torbellinos de arena bien formados y de relativamente larga duración, que se forman cuando el aire caliente situado cerca de la superficie del suelo asciende rápidamente a través de un pequeño bolsillo de aire más frío y de baja presión situado justo por encima.
Este fenómeno muy conocido en la Tierra fue observado en Marte por primera vez en la década de los 70 gracias a las Viking. En 1997, la sonda Mars Pathfinder volvió a observarlos, y en la actualidad son varias las misiones que han aportado datos del fenómeno.
A diferencia de los diablos terrestres, estas formaciones pueden ser hasta cincuenta veces más anchas y diez veces más altas en Marte, por lo que realmente representan una amenaza para el instrumental científico situado sobre el planeta. Aún así, el 12 de marzo de 2005, un afortunado encuentro con uno de estos diablos de polvo limpió los paneles solares de Spirit incrementando drásticamente los niveles de energía del rover.